del sostén, que es
soporte y también
recipiente del Néctar
Elemental de la Vida y el Ser.
Se prende el niño
a tus pechos por instinto,
y con igual pero distinto
amor de ti hacia él,
guardas en tu corpiño
el dulce alimento y el
cariño
de la leche que es la miel
que llena su boca.
Mismos senos que tal vez,
algunos amores tocan
cuando los convidas al
placer.
Llenas sus copas
y jamás importa
si encaje, armado,
push- up o brassier.
Fetiche inveterado,
elemento que transporta
las miradas todas,
fantasías, modas,
y tu esencia de mujer.
Ignacio M. Pis Diez Pelitti
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