miércoles, 16 de enero de 2013

Por el resto del tiempo


Puedo ensayar mil palabras para repetir
cuando esté solo frente a ti:
que me muero porque no te tengo,
que sin ti ya no puedo vivir,
que sin ti no voy ni vengo.

Puedo escribirte un poema o una canción
que salga desde el corazón
y te cuente lo triste que estoy
si me falta tu amor.

Y también puedo ser el patán
que te abandonó.
Ese tipo que te enamoró
y no tuvo el valor
de seguir a tu lado
cuando se complicó
lo que había soñado;

que en ataques de sinceridad
nunca fue el mejor,
y que se condenó
por su propia verdad.

Sin embargo te puedo afirmar
que cuando estés mal,
seré el primero que acuda a secar
tus mejillas de sal,

y abrazarte contra la pared
en un juego de besos,
para sacarte el peso
de encima, y la sed
que deja la soledad
cuando se cae sin red
y no alcanzan los rezos.

O también puedo dejarte volar
y quedarme callado
por el resto del tiempo.
Ser tu amigo, tu “adiós”, tu “tal vez”,
una voz en el viento
que se cuele por tu desnudez
cuando llegue el momento.

Pero aún no sé que quiero ser:
Un amor, un fracaso, un recuerdo.
Si decir que aunque ladro no muerdo
aunque tú ya lo ves.
O también puedo dejarte volar
y quedarme callado
por el resto del tiempo…


Ignacio M. Pis Diez Pelitti



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