Cuando
el famosísimo actor Juan Tomassi se enteró de que a Yésica Araujo le habían
agregado parlamentos en el libreto de la obra que estaban preparando, y que por
ende, habían suprimido algunos de los que les correspondían a él, entró instantáneamente en una crisis de
nervios total. Discutió con el director y sus asistentes e insultó a cada uno
de los presentes.
Hecho un torbellino de furia desquiciada, y
no queriendo entender razones con nadie, salió enérgicamente del escenario hacia
su camarín.
Detrás de él, corrieron todos los miembros y
personal de la obra, a excepción de Yésica y su maquilladora Sara, que se habían
retirado a su propio camarín.
Sentado y rodeado de una pequeña multitud
de gente que intentaba calmarlo, Juan continuó profiriendo toda clase de
insultos y amenazas a los gritos, repitiendo sin parar: ¡YO soy el
protagonista! ¡YO soy el protagonista, no ella!
Lamentablemente acostumbrados a esta clase
de berrinches por parte de Juan, pero siendo éste figura imprescindible para la
obra, todos continuaron intentando calmarlo condescendientemente, algunos casi
con lástima.
Las cosas continuaron así durante unos
cuantos interminables minutos, hasta que llegó Sara al camarín de Juan, y se
abrió paso a los empellones entre todos los presentes.
Sara se clavó de pie frente a Juan, que la
miraba con gesto sobrador esperando sus palabras. Ella inclinó su cuerpo hasta
quedar su cara a un centímetro de la de Juan, y gritando, desafiándolo
burlonamente, le dijo: ¿Acaso no te das cuenta que VOS sos el protagonista? Yésica
acaba de quitarse la vida con unas pastillas que se tomó en un descuido mío, mientras
TODO EL MUNDO, e incluso el narrador de este relato, no han hecho más que
hablar de lo que a VOS te pasa…
Ignacio M. Pis Diez Pelitti
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina.javascript:void(0)
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